CoCo Adventures nos manda este texto de su experiencia en Qatar con nuestra tabla de paddle surf Explorer:
Al principio me sentí decepcionada por sus playas y su mar ya que me esperaba algo más auténtico como las experiencias que tuve en otros países del medio oriente tal como Oman o los Emiratos árabes unidos. Aquí me costó más tiempo adaptarme, no me gustan nada las ciudades grandes, ni los edificios altos, que privaticen todas las playas y que todo este prohibido, cerrado. Me sentí atrapada no solo por su urbanismo, pero también porque Qatar es un país solo bueno para deportes acuáticos de vientos y para hacer travesías de largas distancia es algo complicado si quieres volver al punto de partida.
Tengo una Wing de 5m y mi tabla es de 14 es muy divertido, pero en una agua picada y una tabla que para girar tenía que dar más pasos que la muralla de china y todo eso en equilibrio y sin perder un diente era a veces un verdadero desafío pero de los que molan. Tengo que reconocer que los días que salía con la wing y el SuP eran de mis favoritos.
Dentro de todo ese caos decidí darle al Wing como se debe con una tabla adecuada, aunque con mucho volumen para empezar. Pero un día el viento paro y claro no pude perder la oportunidad de salir de ese limite que me tenia tan frustrada. Un ser libre como yo no sirve para estar encerrada en una marina. A mi me gusta irme, lejos, perderme, ver, descubrir, pasarlo mal y pasarlo genial.
Ese día tan esperado llego y pude salir mar afuera y me aventure en toda la bahía de Doha, el agua estaba tranquila, verde, preciosa y los edificios ya no me molestaban tanto porque por fin podía ver lo que me interesaba esa unión que tengo con el mar pero de forma apaciguada, lenta. No había nadie, los guardias estaban aun durmiendo y algunos no se percataron de que pase zona limitadas. Era puro silencio y yo ahí aventurándome y por fin llenando mis 4 sentidos al estilo Coco. Navegue unos 40km sin rumbo ese día y estuve montada en la tabla unas 7h dando tumbos de un lado a otro, viendo la ciudad desde otra perspectiva.
La que a mi me gusta lejos del caos, del ruido de los coches sino con el ruido del mar, de la brisa y de algunos barcos.
Al finde siguiente ocurrió lo mismo, el sábado el viento decidió dar una tregua y ahí es cuando me enamore de Doha. Llame a mi amigo Alex y le dejé mi otra Explorer para llevarlo por fin en una verdadera aventura de las que tanto le hable pero nunca pude hacer con el ya que no tenia suficiente experiencia en mar picado. Fue increíble, maravilloso y aun sigo teniendo en mi mente esa sensación de liberta combinada con belleza pura e naturaleza. Otra vez era un día tranquilo sin tráfico marítimo por la mañana. Nos pararon unos guardas costas que no nos dejaron descansar en la playa porque todo era privado así que nos sentábamos en la tabla para despertar los pies entumecidos, solo decíamos “woaaaww” apenas hablábamos porque otra vez la madre naturaleza nos mostró su gran esplendor, peces flautas saltando alrededor de nosotros, rayas y tremolosas, un par de tortugas y unos peces voladores que se pegaban unos esprint impresionante. De fondo toda la ciudad pero al otro se abría el horizonte azul sin límite. Nos retamos a remar y remar, Alex lo estaba haciendo muy bien era su primera vez en condiciones buenas. Salir a remar larga distancia en condiciones difíciles para alguien novato se convertir en un factor negativo y llevar al abandono de este deporte tan maravilloso’Eso puede ser un factor negativo.
Fuimos a dos diferentes islas una tenía el gran símbolo de la copa del mundo 2022 y la otra no tenia nada, ni era prohibida y hasta tenia sombrillas…..por fin algo de tierra y sombra. Comimos pasta que Alex había preparado y estaba delicioso, también teníamos hambre ya llevábamos 6h remando aunque fuese a ritmo tranquilo. No nos quedaba mucha agua para poder proseguir mucho tiempo así que decidimos acortar a 20km nuestra vuelta porque estábamos tan felices, maravillado por esa bahía e isla: de repente, Doha nos pareció una ciudad increíble. Ambos fuimos impresionado por el otro lado bonito de Doha y queremos seguir descubriendo más antes de que el calor y el viento nos impida salir de nuevo. Lo que mas me hace feliz es que mi amigo por fin encontró paz espiritual a través nuestro maravilloso deporte y yo fe en la humanidad. No hay mejor terapia que la “Vitamin sea y el deporte”.
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